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PODER Y AMOR MILAGROSO

Jesús puede y QUIERE ayudarte

MATEO 8:1-3

Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.

Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.

Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.


Quizás has escuchado varias veces sobre los milagros que hizo Jesús durante el periodo que estuvo aquí en la tierra y seguramente conoces muchos de ellos. Todos estos milagros no solo nos asombran por su naturaleza, sino también nos revela el poder y autoridad de quien lo posee: JESÚS.

Mateo 8:1-3 nos cuenta la historia de un leproso ( sí, uno de los muchos que Jesús sanó), pero esta historia, especialmente, conmueve profundamente mi corazón con tan solo una frase que expresó Jesús: "QUIERO, SÉ LIMPIO". Esta simple y poderosa frase revela más del corazón de Jesús que del propio hecho.

Para poder entenderlo a más profundidad, debemos comprender la situación.

La condición de un leproso es un modelo del pecado y sus efectos. Esto traería una consecuencia terrible en la autoestima de la persona que lo padecía. Solían ser rechazados por la sociedad por considerarla una enfermedad terrible y destructiva. La ley judía determinaba que uno debía estar aproximadamente unos 2 metros de distancia de un leproso, lejos de cualquier tipo de contacto humano. E incluso algunas personas los consideraban como muertos vivientes. Se imaginan la ignorancia, la discriminación y la falta de empatía que esas personas llegaron a sentir? Probablemente muchos de ellos no solo decaían en su salud física sino también en sus ánimos de vivir.

Sin embargo, este leproso no desistió sin antes intentar llevar su situación a una de cambio. Este leproso vino hacia Jesús a pesar de sus muchos desánimos. Este hombre no solo le rogó sino que también se postró ante él en su desesperación, y de cierta forma honró a Jesús como Señor y Dios:

-Se postró ante Jesús con humildad, no demandando, sino dejando su petición a la voluntad de Jesús.

-Se postró ante Jesús con respeto de su persona y su poder.

-Se postró ante Jesús con confianza de que podría sanarle.

Esto nos lleva a pensar que el leproso no tenía duda acerca del poder sanador de Jesús, su única pregunta giraba en torno a si Jesús lo quería sanar. Por eso le dice: "Señor, si tu quieres, puedes sanarme..."

Las personas generalmente podemos creer muy fácilmente en el poder milagroso de Jesús en nuestras vidas, pero no muchas veces nos creemos el hecho detrás de todo eso: la intención generosa, compasiva y amorosa de Jesús. Él pudo haberlo sanado con una sola palabra que saliera de su boca, o incluso pudo haberlo sanado con un pensamiento. Pero si notan en la historia, Jesús hace un gesto significativo en la vida de este leproso, él extiende su mano y hace contacto físico y humano (algo de lo que estaba muy privado este leproso). Jesús con un toque sanó al leproso porque eso es lo que necesitaba (una señal significativa de afecto y preocupación, el calor humano) y además expresó su intención de QUERER CURARLO.

Y esto es justamente lo que Jesús quiere hacer en nosotros. Él sana para satisfacer las necesidades de las personas y para demostrar el evidente poder en el entorno de amor y cuidado por las necesidades personales de cada individuo.

Jesús no solo puede ayudarte en aquellas áreas que necesitas resolver en tu vida, sino también QUIERE y ANHELA poder ayudarte y rodearte de todo el amor y cuidado que está dispuesto a otorgarte si vienes en busca de su ayuda.


Por Valeria. Z



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